No existen formulas mágicas que hagan de un proyecto de implantación de nuevas tecnologías exitoso y menos si este proyecto se desarrolla en los sistemas educativos actuales. Por un lado es realmente difícil entrar a rediseñar las prácticas pedagógicas de docentes que durante tanto tiempo han aplicado métodos tradicionales en su enseñanza.
Es necesario entonces conocer sobre las formas como en otras instituciones han realizado el proceso de implantación de tecnología en la educación. Determinar quienes integran el grupo de pioneros, el cual tiene grandes responsabilidades, pues de su opinion y aplicación de la tecnología depende que el proyecto sea viable, ofrecerles el apoyo y soporte necesarios y oportuno es una responsabilidad. Luego al grupo de innovadores tempranos y al de la mayoría temprana, los cuales pese a tener concepciones diferentes sobre el uso de la tecnología, requieren servicios y oportunidades similares.
Finalmente la mayoría tardía, la cual es poco creyente en los beneficios de la incorporación de la tecnología en la educación, sin embargo al ver los aportes que brinda, termina accediendo a sus bondades, y por último los rezagados e incluso los más pesimistas que solo si existe una obligación o compromiso contractual, acceden al modelo.
Cada uno de ellos merece atención especial y un marco de referencia que permita evaluar los resultados obtenidos por la implantación de la tecnología en la educación, independiente del grupo al que se pertenezca.
viernes, 5 de febrero de 2010
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