EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

Los retos que desde hace algún tiempo se han colocado al uso de la tecnología no sólo para su aplicación en ambientes escolares sino industriales, comerciales y empresariales ha marcado un modelo de acuerdo con lo que se llamó la ley de Moore, formulada por Gordon E Moore, Cofundador de Intel, que establece como cada 18 meses se duplicaría la cantidad de transistores en un integrado. Lo anterior colocado en términos de lo computadores actuales se traduce en velocidad de procesamiento y capacidad de almacenamiento.

Hace algunos años cuando los materiales utilizados para la construcción de los famosos integrados se limitaba al Silicio (Si) y el germanio (Ge), se llegó a creer que la ley de Moore se rompería fácilmente pues sus propiedades físicas no permitían su mayor aprovechamiento. Sin embargo al verse en esta situación empresas como Intel (por nombrar solo la más conocida) comienza a probar con innumerable cantidad de nuevos materiales, como el “Arseniuro De Galio”, el cual es un poderoso semiconductor compuesto de arsénico y galio, utilizado en los Circuitos integrados que permitieron lograr las expectativas de fabricación de finales del sigo XX, y la actualidad permiten mejorar con creces el rendimiento de los materiales con base en silicio.
Hoy en día, los diseñadores de Circuitos integrados, entre los que se destacan los Procesadores para computadores, se encuentran nuevamente en una posición difícil, los nuevos circuitos han agotado físicamente la posibilidad de aumento en sus características, y por supuesto en su rendimiento. Sin embargo la interacción entre la tecnología y el desarrollo de algunos conceptos físicos, biológicos, matemáticos y de electrónica de miniaturización, han puesto al servicio de la tecnología de fabricación de los circuitos integrados la capacidad de construir los procesadores más pequeños pero al mismo tiempo más potentes que se pueda haber imaginado el hombre desde hace 10 o 20 años, ha llegado la NANOTECNOLOGÍA.
Los conceptos bajo los cuales se construyen hoy los circuitos integrados basados en transistores de nanotubos, en un distancia de apenas 20 nm, no es muy fácil de apreciar, pues supone la necesidad de un cambio en la forma como se observan los materiales a la escala del átomo. En esas dimensiones, características físicas como el color, la dureza o la conductividad cambian radicalmente. La nanotecnología no solo está afectando la industria electrónica mundial, casi toda empresa de producción tecnológica actual debe haberse visto permeada por la adopción de métodos que apuntan a la vinculación de la nanotecnología en sus procesos.
La medicina es uno de estos campos en los cuales la nanotecnología se está metiendo de forma inesperada, con base en esta se están desarrollando medicamentos que solo son depositados en las moléculas enfermas, cirugías no invasivas y procedimientos con base en biochips.
Yo me imagino que la educación no estará aislada de este desarrollo tecnológico que se está produciendo actualmente. Si hemos hablado que la educación On line, E-Learling o Virtual, ha comenzado a inundar los centros de formación de casi todas las ciudades del mundo, si las comunicaciones que conocimos hace apenas diez años se han vuelto obsoletas y los computadores cada vez más portátiles, ligeros, potentes y con mayores recursos, no hacen que la educación en general, los educadores y las instituciones, realicemos un cambio fundamental en la forma como acercamos a los estudiantes al conocimiento, entonces estaremos perdiendo la batalla. La pedagogía, la psicología y la Didáctica han de comenzar el camino hacia la construcción de nuevas formas de observar a los aprendices, nuevos métodos y nuevas códigos de ética y dialéctica de la formación a través de la tecnología. Creo que la ley de Moore, mencionada a comienzo de este escrito cobra nuevamente vigencia, despertando la curiosidad sobre lo que se debe hacer en tiempos de cambio tan vertiginoso, como el que nos tocó vivir.